Un desecho marino está revolucionando la moda sustentable

En las costas occidentales de Taiwán, donde la cría de moluscos es una tradición ancestral, la industria de la moda ha encontrado una sorprendente fuente de innovación: los caparazones de ostras. Este material, que antes se consideraba un residuo inservible, hoy se convierte en un tejido único y ecológico que está captando la atención de […]

En las costas occidentales de Taiwán, donde la cría de moluscos es una tradición ancestral, la industria de la moda ha encontrado una sorprendente fuente de innovación: los caparazones de ostras. Este material, que antes se consideraba un residuo inservible, hoy se convierte en un tejido único y ecológico que está captando la atención de marcas internacionales. Detrás de esta transformación está Eddie Wang, un empresario taiwanés cuya visión está revolucionando la manera en que vemos los desechos marinos.

Un recuerdo del pasado, una solución para el futuro

Eddie Wang creció en Yunlin, un condado costero donde la agricultura marina, en particular el cultivo de ostras, es parte del paisaje cotidiano. Durante la época de cosecha, los caparazones de ostras se acumulaban en las calles, lo que inspiró a los residentes a encontrar maneras de reutilizar este material. “Quemaban los caparazones y usaban el residuo en las paredes para aislar sus casas”, recuerda Wang, quien hoy tiene 42 años. Esa memoria de la infancia fue la semilla de una idea que lo llevó a crear un tejido sustentable llamado «Seawool».

Su empresa, Creative Tech Textile, fundada en 2010, ya estaba produciendo telas ecológicas a base de botellas plásticas recicladas. Sin embargo, Wang sentía que esos tejidos, aunque útiles, carecían de la singularidad que buscaba. Fue entonces cuando comenzó a investigar las propiedades de los caparazones de ostras, iniciando un proceso de experimentación que culminó en 2013 con la creación de Seawool, un tejido con características muy similares a la lana.

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