Los termoestables biobasados: ¿La próxima revolución de los plásticos?
Los plásticos termoestables, conocidos por su gran resistencia y capacidad de mantener sus propiedades estructurales en condiciones extremas, están ganando nuevamente terreno en diversas industrias. Sin embargo, en un contexto global donde la sostenibilidad es cada vez más relevante, surge un inconveniente: los termoestables presentan desafíos importantes para su reciclado, limitando su reutilización y, en […]
Los plásticos termoestables, conocidos por su gran resistencia y capacidad de mantener sus propiedades estructurales en condiciones extremas, están ganando nuevamente terreno en diversas industrias. Sin embargo, en un contexto global donde la sostenibilidad es cada vez más relevante, surge un inconveniente: los termoestables presentan desafíos importantes para su reciclado, limitando su reutilización y, en consecuencia, aumentando su impacto ambiental. Es aquí donde el centro de plásticos SKZ, en Alemania, en colaboración con socios industriales, está llevando a cabo un ambicioso proyecto denominado BioDurInject, cuyo objetivo es transformar la industria desarrollando termoestables bio-basados que no solo mantengan los beneficios técnicos de estos plásticos, sino que además estén alineados con la sostenibilidad ambiental.
La demanda creciente de termoestables y sus desventajas ambientales
Los termoestables se han vuelto indispensables en aplicaciones de alta resistencia y durabilidad, como piezas técnicas moldeadas por inyección que deben resistir temperaturas elevadas y cargas mecánicas. Esta clase de plásticos se caracteriza por su estabilidad dimensional, excelente aislamiento eléctrico, y propiedades ignífugas que los convierten en materiales clave en la industria electrónica, automotriz y de construcción. Sin embargo, a diferencia de los termoplásticos, los termoestables presentan una estructura entrecruzada que limita su capacidad de reciclaje. En el marco de un aumento de la conciencia ambiental, esta limitación es vista cada vez más como un punto débil en su uso industrial, especialmente ante la necesidad urgente de reducir emisiones y adoptar prácticas más ecológicas.
BioDurInject: hacia la formulación de termoestables a base de materiales renovables
Con el objetivo de abordar esta problemática, el proyecto BioDurInject ha puesto su foco en la sostenibilidad. Este innovador proyecto, llevado adelante en el centro de plásticos SKZ en Würzburg, Alemania, busca desarrollar compuestos termoestables moldeables a partir de materias primas renovables. Esto no solo abarca la matriz del material, sino también los rellenos y fibras que se emplean para reforzar los productos finales. Estos compuestos están destinados a reemplazar los termoestables convencionales en la producción de piezas técnicas moldeadas, sin perder las propiedades que los hacen tan valiosos en aplicaciones industriales.
Optimismo en los primeros resultados y una visión de futuro sostenible
Johannes Rudloff, Director de Materiales, Compuestos y Extrusión del SKZ, ha compartido un optimismo cauteloso sobre los avances logrados: “Esperamos demostrar que los termoestables bio-basados pueden representar una alternativa genuina y sostenible a los convencionales. Los resultados actuales nos dan confianza para la futura aplicabilidad a escala industrial”. Para SKZ, la colaboración con socios industriales, como Süd-West-Chemie GmbH y Baumgarten automotive technics GmbH, ha sido fundamental. Según Rudloff, esta sinergia con el sector industrial permite que los resultados obtenidos en el laboratorio se ajusten a los estándares y necesidades del mercado, haciendo posible que los compuestos desarrollados sean verdaderas soluciones prácticas en la producción de plásticos sostenibles.
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