La bioeconomía circular toma protagonismo en la COP29
En el marco de la COP29, celebrada en Bakú, Azerbaiyán, la bioeconomía circular se posicionó como una herramienta esencial para enfrentar los desafíos climáticos globales. Desde el pabellón “Casa de la Agricultura de las Américas”, organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) junto a sus socios, se presentaron innovaciones y estrategias que combinan […]
En el marco de la COP29, celebrada en Bakú, Azerbaiyán, la bioeconomía circular se posicionó como una herramienta esencial para enfrentar los desafíos climáticos globales. Desde el pabellón “Casa de la Agricultura de las Américas”, organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) junto a sus socios, se presentaron innovaciones y estrategias que combinan producción sostenible con cuidado ambiental.
Con ejemplos concretos, líderes y expertos de América Latina enfatizaron el potencial de la región para integrar seguridad alimentaria, energética y climática, destacando la importancia de contar con una narrativa común que visibilice las fortalezas de los países del continente en las negociaciones globales.
Un nuevo enfoque para un nuevo escenario global
La ex ministra de Medio Ambiente de Brasil y asesora especial del IICA, Izabella Teixeira, planteó la urgencia de transformar las dinámicas actuales. “El pasado ya no tiene lugar en el futuro. Las condiciones políticas que dieron forma al Acuerdo de París han cambiado. Ahora, debemos construir una nueva relación con la naturaleza, integrando seguridad hídrica, alimentaria y energética”, señaló.
Para Teixeira, el papel del IICA es clave en articular una visión unificada que incluya al sector público, privado, la sociedad civil y la ciencia. “América Latina tiene activos naturales esenciales para el mundo. Es momento de discutir cómo gestionarlos de manera sostenible y equitativa”, agregó.
Innovación y financiamiento, los pilares del cambio
Durante las sesiones, se subrayó que la adopción de tecnologías y el acceso al financiamiento son desafíos compartidos en toda América Latina. Paulo Pianez, director de sostenibilidad de Marfrig/BRF, afirmó que “el pequeño productor necesita herramientas financieras y acceso a tecnologías para implementar prácticas de agricultura de bajo carbono”.
Marfrig/BRF, la séptima empresa más grande de Brasil, ejemplificó cómo los sistemas agrosilvopastoriles están transformando la producción tradicional, combinando bosques, pasturas y mejoramiento genético.
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