Cosméticos sostenibles a partir de subproductos de la industria de biocombustibles
La producción de biocombustibles no solo ofrece una alternativa limpia a los combustibles fósiles, sino que también abre la puerta a desarrollos innovadores en otros sectores. Tal es el caso de un grupo de jóvenes científicos uruguayos que han encontrado una manera revolucionaria de transformar glicerol, un coproducto de la elaboración de biodiesel, en dihidroxiacetona […]
La producción de biocombustibles no solo ofrece una alternativa limpia a los combustibles fósiles, sino que también abre la puerta a desarrollos innovadores en otros sectores. Tal es el caso de un grupo de jóvenes científicos uruguayos que han encontrado una manera revolucionaria de transformar glicerol, un coproducto de la elaboración de biodiesel, en dihidroxiacetona (DHA), un compuesto clave en la industria cosmética. Este avance tiene el potencial de redefinir la relación entre energía, sostenibilidad y cosmética.
Transformar residuos industriales en valor agregado
Cada 10 partes de biodiesel producido se genera una de glicerol crudo, un subproducto cuya valorización ha sido históricamente limitada. Pero esto está cambiando gracias a un equipo de investigadores de Uruguay liderado por Nicolás Soriano, biotecnólogo y estudiante de maestría en Química. Soriano, junto a sus colegas Magdalena Ripoll, Florencia Pirotti y Lorena Betancor, ha desarrollado un proceso que transforma el glicerol crudo en DHA utilizando bacterias como Gluconobacter oxydans.
“La DHA, utilizada principalmente en autobronceantes, genera una reacción química que oscurece la piel de forma similar al pardeamiento del pan al cocinarse, pero sin calor”, explicó Soriano. Este innovador proceso permite trabajar directamente con glicerol crudo, evitando costosos pasos iniciales de purificación. Las bacterias realizan el trabajo duro: sobreviven a las impurezas y transforman el glicerol en un producto de altísimo valor comercial.
Bacterias aplicadas a la economía circular
Este enfoque no solo maximiza el valor del glicerol, sino que también refuerza la economía circular. Según Ignacio Pérez, gerente de operaciones de Alcoholes del Uruguay (ALUR), si la planta operara a máxima capacidad, podría generar hasta 8.000 toneladas de glicerol anualmente. Valorar este subproducto localmente representa una oportunidad única para abastecer mercados con alta demanda insatisfecha, como el de la cosmética sostenible.
En declaraciones a El País, Pérez destacó: “La sinergia entre la industria y la academia es ideal. La academia resuelve necesidades con creatividad y la industria lleva esas soluciones a una escala industrial”.
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