Inauguración de la mayor central de biomasa en Argentina

En el kilómetro 759 de la Ruta Nacional N.º 14, en el corazón forestal de la provincia de Corrientes, una nueva era energética comienza a tomar forma. Este miércoles 7 de mayo, el gobernador Gustavo Valdés encabezará la ceremonia oficial de inauguración de la central a biomasa San Alonso, una instalación que no solo duplicará la capacidad de generación renovable en Gobernador Virasoro, sino que también consolidará a la región como un actor clave en la transformación energética de Argentina.

La planta, que ya se encuentra operativa desde marzo, representa mucho más que una fuente de electricidad. Con una capacidad instalada de 40 megavatios (MW) —de los cuales 37 MW ya se inyectan al sistema interconectado nacional—, San Alonso abastecerá aproximadamente el 20 % de la demanda energética de Corrientes. La inversión de 120 millones de dólares realizada por Grupo Insud, uno de los conglomerados empresariales más influyentes del país, ha convertido este proyecto en la planta de biomasa más grande de Argentina.

Pero detrás de estos números hay una historia que refleja cómo la bioeconomía puede ser el motor de un desarrollo que combina innovación tecnológica, sustentabilidad y oportunidades económicas para las comunidades locales.

De residuos a energía: cómo funciona San Alonso

La nueva planta se erige sobre un predio de 15 hectáreas y emplea una tecnología de conversión térmica de biomasa. Su materia prima principal son los residuos no valorizados de la industria forestal, como virutas, aserrín y cortezas, que hasta hace pocos años eran considerados desechos o, peor aún, quemados a cielo abierto, generando emisiones contaminantes.

En San Alonso, estos residuos son recolectados y acondicionados para ser utilizados como combustible en modernas calderas de alta eficiencia. La combustión produce vapor de alta presión que impulsa turbinas generadoras de electricidad. Este proceso no solo genera energía limpia, sino que también mantiene un equilibrio ambiental: el carbono liberado durante la combustión ya forma parte del ciclo natural del carbono, a diferencia de los combustibles fósiles, que liberan carbono que había permanecido atrapado durante millones de años.

Este modelo de aprovechamiento de biomasa es el núcleo de una economía circular aplicada a gran escala, donde lo que antes era un problema ambiental se convierte en una solución energética sostenible.

La central a biomasa San Alonso, un ícono de la bioenergía nacional

La central a biomasa San Alonso no surge en un vacío. Es una hermana gemela de FRESA (Fuentes Renovables de Energía S.A.), inaugurada en 2020 en el mismo predio y fruto de una sociedad entre Insud y el Grupo Cartellone. Sin embargo, a diferencia de FRESA, San Alonso es 100 % propiedad de Insud, lo que refleja el compromiso del grupo con el crecimiento sostenido del sector energético renovable.

La elección de Gobernador Virasoro no es casual. La región cuenta con una de las mayores concentraciones de actividad forestal del país, lo que garantiza un flujo constante y sostenible de materia prima para alimentar la planta. Además, su ubicación estratégica permite que la electricidad generada tenga un impacto directo en el abastecimiento de localidades cercanas como Santo Tomé y La Cruz, y fortalezca el tejido industrial y productivo de la zona.

La importancia de la central a biomasa San Alonso no reside únicamente en su capacidad de generación o en el aprovechamiento de biomasa como fuente renovable. Un aspecto clave de su aporte es que contribuye a fortalecer el modelo de generación distribuida, que permite producir electricidad cerca de los centros de consumo. Esta cercanía reduce las pérdidas técnicas en la transmisión y mejora tanto la estabilidad como la resiliencia de la red eléctrica. En regiones alejadas de los grandes polos urbanos y productivos, esta proximidad energética representa una ventaja estratégica.

Otro atributo fundamental de San Alonso es que, al igual que ocurre con la energía generada a partir de biogás, su producción es considerada energía de base. A diferencia de fuentes intermitentes como la solar o la eólica —que dependen de las condiciones climáticas y requieren respaldo cuando no hay sol o viento—, la biomasa permite generar electricidad con bajas emisiones de manera continua y predecible. Este carácter no intermitente refuerza la estabilidad del sistema eléctrico y reduce la necesidad de contar con fuentes fósiles como respaldo, aumentando así la seguridad energética de la región y del país.

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