“Amazonia Forever” es el programa general multidimensional y holístico del BID que tiene como objetivo promover la innovación en instrumentos financieros; intercambiar y aumentar conocimientos estratégicos para la toma de decisiones; y fomentar la coordinación y colaboración para promover el desarrollo sostenible, inclusivo y resiliente de la región amazónica.

El programa incluye una plataforma para mapear todos los recursos existentes de los países amazónicos y los donantes para facilitar el financiamiento y ayudar a guiar las decisiones políticas y de inversión. “Amazonia Forever” aborda seis áreas prioritarias: población local; agricultura y silvicultura sostenibles; bioeconomía; infraestructura; ciudades sostenibles; y conectividad y se enfoca en: promover la inclusión de mujeres, pueblos indígenas, afrodescendientes y comunidades locales; conservación del clima y los bosques; y fortalecer las capacidades institucionales y el estado de derecho.

La Bioeconomía es un enfoque económico sostenible que pretende aprovechar los recursos biológicos y renovables para generar productos y servicios que satisfagan las necesidades humanas sin comprometer su disponibilidad para las generaciones futuras. Es una economía basada en el uso de recursos biológicos y renovables como la agricultura, la silvicultura, la pesca, la acuicultura, la biotecnología y la producción de alimentos y energía, con el objetivo de promover el desarrollo económico, social y ambiental sostenible. La bioeconomía se centra en crear soluciones innovadoras y sostenibles relacionadas con la seguridad alimentaria, la energía, la salud, el cambio climático y la conservación de los recursos naturales.

Un Bionegocio integra responsablemente la biodiversidad en sus procesos, incorpora estrategias y herramientas para la mitigación y adaptación al cambio climático, fortalece la inclusión de comunidades locales, pueblos indígenas y conocimientos tradicionales, e internaliza los costos del uso sostenible y la conservación de los recursos.

Debido a la diversidad de recursos biológicos, terrestres y hídricos en la Amazonía, la bioeconomía proporciona el marco ideal para el desarrollo de modelos y prácticas sostenibles y productivas en agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra (AFOLU) en la Amazonía. Cambiar a modelos de producción, tecnologías y prácticas que adopten un uso más sostenible del capital natural y los bosques de la Amazonía (bionegocios) puede contribuir a reducir los impactos del cambio climático al reducir la deforestación, restaurar el suelo y reducir las emisiones de GEI. . Paralelamente, ser consciente de los riesgos y vulnerabilidades de incorporar prácticas más sostenibles en AFOLU puede ayudar a aumentar la resiliencia de la región ante futuros shocks relacionados con el clima que ya son inevitables hasta el día de hoy.    

El sector de inversión verde ha estado creciendo rápidamente desde 2015, con mayor capital e inversiones en la bioeconomía. Sin embargo, las bioempresas aún no están preparadas para absorber la inversión disponible debido a diversas limitaciones, como problemas de capacidad, déficits tecnológicos y acceso inadecuado a los mercados. Existe una oportunidad de transformar la economía amazónica hacia un crecimiento inclusivo y sostenible apoyando modelos de negocio que utilicen el capital natural y los activos forestales de forma sostenible.

El sector privado amazónico tiene una oportunidad única de beneficiarse del apoyo financiero disponible para continuar realizando una gestión adecuada de los recursos biológicos naturales renovables con tecnologías y procesos innovadores que sigan el enfoque de la bioeconomía. Las posibles inversiones podrían centrarse en: 

• Servicios de asesoría y extensión en buenas prácticas comerciales, estrategia de crecimiento, marketing y logística,  
• Sistemas de medición y seguimiento de impactos socioambientales. 
• Alineación con estándares y normas internacionales (incluida la adopción de certificaciones). 
• Actualización tecnológica en cadenas de valor prioritarias. 
• Acceso a mercados locales e internacionales. 
• Desarrollo de acuerdos comerciales con empresas ancla.  
• Bioprospección. 
• Identificación de desafíos regulatorios, entre otros. 

Este desafío está alineado con el compromiso del Grupo BID de apoyar economías más verdes en la región de América Latina y el Caribe para responder a los desafíos de la crisis climática, la pérdida de biodiversidad y los problemas ambientales relacionados.